De todos los usos que un dron nos puede ofrecer, como el transporte de mercancías, el mantenimiento de infraestructuras o la vigilancia forestal, hay pocos que nos puedan sorprender más que el que un grupo de aficionados a la pesca está dando a nuestros gadgets favoritos.
Ante todo, recordar que los drones deben utilizarse siempre con responsabilidad y cumpliendo la legislación vigente de la zona donde vayamos a hacerlos volar. También hay que tener en cuenta que la pesca con drones es una actividad recomendada para pilotos con experiencia: la caída de un dron en el mar puede significar su pérdida o destrucción irremediable. Así que mucho cuidado si decidís apostar por este uso.
Habría que diferenciar su uso para la pesca en dos grandes bloques. El primero, quizá el más sencillo y fácil de ejecutar, es el de reconocimiento y prospección. Si vas a bordo de un bote, quizá te interese una visión cenital de la zona a tu alrededor, ya que puedes detectar bancos de peces a distancia gracias a la cámara de tu dron. No hay mucho que hacer en este sentido, tan solo volar cubriendo una distancia adecuada y fijarse bien.
La otra manera de pescar con drones necesita de una muy buena técnica de pilotaje y de ciertos complementos que se puedan enganchar al dron. Necesitaremos una buena caña, de la que pasaremos el sedal y el anzuelo a través del dron para que sea este el que se interne en el mar (en lugar de hacerlo nosotros manualmente).
Podemos manejar el dron llevando el anzuelo (con el cebo) hasta una zona con mayor abundancia de peces que podremos descubrir gracias a la cámara. Así también es más sencillo ver si han picado a gran distancia.
Lo mejor es tener un dispositivo de desenganche para que, en el momento en que un pez de buen tamaño pique, no arrastre al dron hacia el agua. A partir de ese momento ya todo depende de la pericia del pescador, que puede mirar desde una perspectiva única cómo va la pesca.
También, si se dispone de un dron de gran potencia, se puede intentar usar para dar el tirón y la pesca directamente desde el aparato, pero ahí entraríamos en un nivel de pilotaje de mucha destreza o bien buscando piezas de muy pequeño tamaño.
Por Alfredo Álamo.
Escritor y apasionado de las buenas historias.
